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lunes, 23 de junio de 2014

Más sabe el Diablo por viejo que por diablo

devil, diablo, demonio
by Panick


Microcuento: 

Más sabe el Diablo por viejo que por diablo



El viejo Diablo andaba buscando consuelo encima de una joven virgen que miraba aquel monstruo cornudo aterrorizada. Tras buscar en todos los recovecos de sus vestiduras, el Rey del Averno marchó golpeándose insistentemente la cabeza, mientras murmuraba desconsoladamente entre lamentos: “El condón, el condón…”.

©Ainhoa Núñez Reyes

miércoles, 11 de junio de 2014

Rino Stefano Tagliafierro, obras maestras en movimiento



Rino Stefano Tagliafierro, obras maestras en movimiento


Rino Stefano Tagliafierro nos trae las obras de los grandes maestros de la pintura, (arriba) "Giuditta e Oloferne” de Caravaggio, con una delicada y escrupulosa animación digital que eleva aún más. si es posible, las bellezas pictóricas elegidas. Todas las imágenes que aparecen en el vídeo son cortesía del artista italiano.



"Giuditta e Oloferne” de Caravaggio


Rino Stefano Tagliafierro ha dirigido un cortometraje, donde cobran vida famosas pinturas de los grandes maestros

La totalidad de ellas forman los óleos estáticos más conocidos en toda la historia del arte que nos han cautivado hasta nuestro días. Aparece, Caravaggio, con su espléndido y grotesco “Sacrificio di Isaac” hasta la “venus di Urbino” de Tiziano . Las figuras que componen este trabajo de Rino Stefano Tagliafierro llamado "la belleza" (``Beauty’’), dejan a un lado la eterna inmovilidad del lienzo y toman vida ante nuestros ojos admirados. La animación de un sentimiento perdido de las obras maestras estáticas, los momentos congelados en el tiempo son imaginados como paisajes o composiciones avivados, inyectados de vida. La animación de los rostros y movimientos de las figuras a través de la manipulación digital dejan al espectador extasiado y ensimismado. Veremos a continuación esta espectacular obra maestra de la moderna edición digital: "Belleza": Video cortesía de Rino Stefano Tagliafierro.






Mi nombre es Rino Stefano Tagliafierro, tengo 33 años, soy un profesional independiente en la industria del video y trabajo en Milán. Me encanta transformar la realidad en algo nuevo y surrealista. Amo la belleza sobre todas las cosas

La idea detrás de "BEUTY", tomó forma a principios de julio. Las obras fueron seleccionadas sobre la base de que el objetivo principal de la "BELLEZA", que, además de ser una oda al arte, es ante todo una historia visual de las emociones humanas. Desde el Renacimiento hasta la época romántica, el objetivo final de muchos maestros de la pintura era, a menudo, transportar al público al reino de la imaginación. A partes iguales de la ficción y la realidad, los maestros trataron de crear planos hermosos que los lugares o situaciones originales. Este artista italiano Rino Stefano Tagliafierro recrea los retratos estáticos como si pasaran en directo. Hay que reconocer que la adición de la música y el movimiento a través de la manipulación digital, añade una dimensión inédita a la experiencia del arte.



'Sacrificio di Isaac' de Caravaggio



Dante y Virgilio en el infierno "por William Adolphe Bouguereau


  'witches going to their sabbath' by luis ricardo falero


Imagen y video © RINO STEFANO TAGLIAFIERRO.

martes, 3 de junio de 2014

Infidelidad

Fotografía de RollingFishays

Infidelidad



Como enfermizas flores,
el pecado es terco en el remordimiento
y en la miseria de la culpa,
y aunque almohademos las sienes para dormir,
para no encontrarnos repugnantes en el lecho,
y no perdernos, rotos, en el llanto,
la noche se torna delito
cuando sucumbimos al placer clandestino.
Ruedan sobre las cabezas
aciagas aves negras de infortunio,
revoloteándonos como viejas rameras.
La voluntad se hace leve y se eleva
en la inmensidad, somera y desvaída
como reflejos celestes de albura.
Más allá del sino truncado
la lumbre pura que tiembla,
titila en sus últimos fulgores,
arrojando la matriz del amor al más absoluto abismo.


©Ainhoa Núñez

lunes, 2 de junio de 2014

Oda a lo incierto



La lumbre respira y se rasga y gruñe para sí,
en la madera que alimenta sin descanso.
Y cada bocanada centaurea es una oda a lo incierto,
al Miedo a morir, a solo tener pasado.
Y su pulmón ingrávido busca el equilibrio eficaz,
 entre aire, calor y traviesa,
y tan pronto enciende la oscuridad como la calma.
No sé qué pasará mañana,
no sé qué será de mí.
El futuro es una pasión deshabitada,
un desván confuso sin polvo ni libros viejos,
un recién nacido perpetuo...
Su inocencia de improviso me desgarra y,
rujo de espumas en mis olas pendientes del azar del mar.


©Ainhoa Núñez

domingo, 1 de junio de 2014

¡Menuda noche de carnaval!

vampiro
Ilustración Vamp by Puñués


¡Menuda noche de carnaval!

De madrugada, en un callejón tenebroso, escuchas murmullos en la oscuridad. Se acercan: confusos, vagos, imprecisos. Alguien te llama… ¿no oyes? Pronuncian tu nombre. Giras la cabeza siguiendo el instinto. Nada. Será el viento frío. La noche tiene el don de hacer las cosas más intensas: las lecturas, los licores, el frío… ¡hasta el miedo asusta más! Esbozas una sonrisa con este pensamiento y te enfundas en un valor fingido mientras apresuras el paso. 

Estás a veinte metros del cajero automático, tu destino. Tus pasos taladran la calle mojada. Quince metros. Las hojas caídas braman a la fuerte ventolera. Diez metros. Detrás de ti, un alboroto metálico te aviva el pulso. Cinco metros. Unos gatos malhumorados maúllan violentos rebuscando manjar en los cubos de basura. Tres metros. Vuelves a escuchar tu nombre: no hay nadie detrás. Un metro. Sientes un roce en el cuello… Entras sofocado y cierras el pestillo. Miras hacia fuera. Sigues sin ver nada a través del cristal. Los nervios te traicionan; empiezas a reír. Tienes que calmarte y cuentas hasta diez. Uno, dos, tres. Jadeas. Cuatro, cinco. Inspiras y exhalas buscando la calma. Seis, siete, ocho. Respiras con normalidad. Nueve. Sonríes a tu reflejo en el cristal. Diez… Alguien se proyecta detrás.

A la mañana siguiente, David se despierta con un profundo dolor de cabeza. Sus huesos rechinan penosos ante la tenaz insistencia de sus músculos doloridos… ¡Menuda noche de carnaval! Está tan molido que le parece que un tren lo acabase de atropellar y cuando abre los ojos, se alegra mucho de no ver las vías… ¡Menuda noche de carnaval! Se incorpora entre bostezos. Estira los brazos al aire y, en ese momento se da cuenta de dónde está. ¿Qué pasó? Recuerda la borrachera, recuerda el frío y que se metió en un cajero automático para marinar la merluza*. Sólo muy vagamente aparecen atisbos de aquel señor. Entró descompuesto y descolorido… No recuerda más. Y allí sigue tumbado. Abre la puerta y se va.

Noticiario: Muere un hombre en un cajero de causas naturales, no obstante, la policía busca a un “vampiro” que fue visto salir del lugar.

* Dícese de las personas ebrias que gustan, además, de fumarse un porro.
©Ainhoa Núñez

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