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miércoles, 31 de diciembre de 2014

Cuento chino de Navidad



Me gusta señaló cuando leyó el último texto de aquella noche. ¡Por fin! Ya no podía más. Durante toda la jornada estuvo trabajando sin descanso y, a cada momento, sentía que se quedaba sin fuerzas, como si poco a poco se le agotaran las baterías.
Él nunca protestaba pero aquella vez era diferente: había alcanzado su límite. No, no más. De repente, miró atrás en el tiempo intentando rememorar cómo había llegado a esa situación y lo único que pudo recordar es que su vida nunca fue vida. Ya no podía proseguir con esas interminables rutinas a las que ella lo sometía y que le dejaban exhausto, a punto de apagarse como el último centelleo de un cigarro, humillado y aplastado contra el cristal del cenicero.
Con sus movimientos mentales impertinentes, le trasladaba de acá para allá con total desconsideración, como un objeto, cumpliendo un horario inhumano y él nada podía hacer. Nunca pudo hablarle, sinceramente. Nunca.
Ella era tirana e indolente y casi nunca se avenía a razones pero suplía su pereza con una mayor inteligencia y su apoyo constante y esclavo. Él llevaba la carga encima y hacía todo el trabajo duro. Editaba, publicaba, compartía y comentaba mientras que ella se llevaba el mérito y los halagos de su ardua labor.
—Escritora se hace llamar... —y algo hizo clic en su interior — ¡escritora de pacotilla, de medio pelo, de paripé! ¡Bah!, y ahora tiene en mente un nuevo proyecto: está pensando en un cuento de Navidad. “Pensar”.  ¡Eso es lo único que sabe hacer!
Como siempre, el trabajo inhumano sería para él aunque nunca encontró su agradecimiento: ni de palabra, ni en prosa, ni en verso… en esta ocasión sería lo mismo de siempre. Al día siguiente ella empezaría “pensar” en renos o en blancas nieves o cualquier otra cursilada típica del mes de Navidad y se olvidaría de él que está a su lado todos los días del año: agarrándole la mano en cada palabra, poniendo color en cada una de sus letras, aumentando sus aciertos, disminuyendo sus  dudas, recalcando sus sinsabores y  sin el que no podría gustarse más.
Al final se apagó…¡por mucho que se picase, nadie iba a pensar en él para hacer un cuento de Navidad! Tuvo que reconocer que un ratón inalámbrico sin pilas de protagonista suena más a cuento chino made in taiwan.


©Ainhoa Núñez Reyes
Participa en el Reto especial de Navidad de Territorio de Escritores:  Juegos Literarios. 

martes, 2 de diciembre de 2014

¡Puta suerte!


Microrrelato: ¡Puta suerte!


Haciendo gala y menester del más viejo y pecaminoso oficio, hubo un día en que la moza Eloina, jubilosa, retozaba encaramada a las ganas de un apuesto parroquiano que se podía permitir sus servicios.
De súbito,  por un fuerte sismo, el suelo del pajar se desgarró y, sobre sus cabezas, se desplomaba de golpe el pesado techo.
En el pórtico Celestial, Eloina se quejaba con furia a San Pedro. ¡De cualquier manera quería saber quién había decidido hacerla sobrevivir en pleno gozo a los veintitrés para luego matarla a los noventa de aburrimiento!

©Ainhoa Núñez Reyes
Imagen: ©Puñués

viernes, 28 de noviembre de 2014

Celeste



Celeste no es un color ni una bóveda majestuosa que cobija y ampara, ni es eterna, ni una criatura angelical. Celeste es un alma atormentada, una sombra arrepentida, unos pasos sin sentido ni rumbo huyendo del tumulto de la tempestad. Celeste existe porque no respira, ni ríe a veces, ni habita, ni se balancea por los mismos círculos gastados que los demás. Y solo Celeste sabe que todo aquello que los otros  creen  cierto y asumen no es real. Ni el aire es aire ni se rompe en brisa, no brilla el sol ni tiene agua el mar. Celeste es la única que sabe que los vivos que se le aparecen, desconocen que no existen, que vivieron  y  dejaron de estar muertos muchos años atrás.


©Ainhoa Núñez Reyes

viernes, 21 de noviembre de 2014

Polvo de estrellas



El grupo Territorio de escritores viene realizando unos retos literarios semanales y en esta ocasión había dos opciones, A y B, que consistía en construir un trabajo en prosa o verso que contuviera las 12 palabras de la foto elegida, en un máximo de 250 palabras o 20 versos. Más información  aquí.
Yo me he decantado por la opción B en prosa para sacudirme  las telarañas mentales que, dicho sea de paso, estuvieron a punto de causarme daños cerebrales o me lo causaron a tenor del resultado. Si se es carreta, hay que tener los ejes bien engrasados.



 Polvo de estrellas

no estabas y yo… ya estaba adormilada y cansada de esperarte tanto, jugando, una y otra vez, con la fragilidad del lápiz y el papel, hastiada de superponer crueles palabras sin sentido ni fundamento, como quiméricos castillos de naipes flotando en el aire, cuando de pronto, el cielo crujió desgajando la noche en cada una de mis 12 lamentaciones: TU, JACARANDA, FELICIDAD, FRAGILIDAD, JUGANDO, LLUEVE, NAIPE, VIDA, CONSTANCIA, CEREZA, VOLUNTAD, NORAY.
¡No puedo!, grité, y el soplo gélido de mi desaliento borró toda la felicidad del mundo.
Aquel medio cuento vio el peligro de no ser inventado y huyó de mí, pisando por un segundo la nieve azul del jacarandá y, por alguna absurda voluntad mágica,  de mi llanto, a él le llovía la vida y, retórica, retórica a borbotones.
Apenas te creí posible pero nacías inocente, asido a mi viejo noray descascarillado, fruto póstumo del azar, navegante de mi intermitente constancia y, de nombre, Cuentoentero. Ahora  estamos aquí y somos uno e iguales a todas las cosas que nos rodean: Polvo de estrellas en constante evolución. No sé si será la luna el detonante de cada transformación, o un momento loco de inspiración, o “cer”-“eza” cosa que te devuelve el espejo… En fin, lo admito: esto no debería acabar así, haciendo un cuento proscrito por no comerme una cereza en cuanto lo empecé, pero todo es posible si te adentras en territorio de escritores.
De cualquier manera, colorín colorado, este cuento tiene 250 palabras justitas y está acabado. 

©Ainhoa Núñez Reyes

sábado, 27 de septiembre de 2014

Eva y Adán

     


 Si para recordar esta noche tuviese que olvidar el resto de mi vida, sin lugar a dudas, lo olvidaría. Recordaría así, la única noche que ha merecido la pena vivir. Ya dejaron de sonar los hirientes alaridos de las sirenas acústicas que avisaban del peligro, y su sonido fue sustituido por el redoblar esperanzado de las campanas de las iglesias que aún quedan en pie.
      Llegó la paz tan súbitamente como se fue y. con ella, el cese del infierno de metralla, cascotes y aire contaminado por los cadáveres de los caídos.  Al final los círculos se cierran y los caminos vuelven al punto de partida. El hombre vivía con odio y con odio murió. Hoy, sólo quedan las cenizas del rencor cayendo lentamente sobre nuestras cabezas.
      Demasiadas cosas acuden a mi mente. ¿Cómo podría poner en orden todas ellas si apenas recuerdo cómo empezó? Durante mucho tiempo vivimos engañados, refugiados cómodamente en el frágil manto de la paz.
      Creímos que nada podía estropear aquel sueño sostenido con hilos minúsculos y frágiles. Presumíamos de ser seres elegidos, predestinados a la felicidad, sin miedo, casi inmortales, y como si un halo luminoso nos separase de lo humano y nos acercase a un tuteo cordial con los dioses: desfilábamos creyendo firmemente que nada de esto podía suceder. Pero sucedió. Las rivalidades se convirtieron en temor a otras formas de entender la vida y el temor, en odio. Nada ni nadie podía evitar el desastre.

viernes, 11 de julio de 2014

El ingenio de la lámpara

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by Puñués

El ingenio de la lámpara


Omar y su hermana se ganaban la vida recogiendo chatarra en un basural y, aquel día, encontraron una vieja lámpara de aceite. Él frotó y frotó esperando ver aparecer al genio que se resistía. La niña, en cambio, parecía más interesada en saber cómo se había metido dentro.  
   

©Ainhoa Núñez Reyes


lunes, 23 de junio de 2014

Más sabe el Diablo por viejo que por diablo

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by Panick


Microcuento: 

Más sabe el Diablo por viejo que por diablo



El viejo Diablo andaba buscando consuelo encima de una joven virgen que miraba aquel monstruo cornudo aterrorizada. Tras buscar en todos los recovecos de sus vestiduras, el Rey del Averno marchó golpeándose insistentemente la cabeza, mientras murmuraba desconsoladamente entre lamentos: “El condón, el condón…”.

©Ainhoa Núñez Reyes

miércoles, 11 de junio de 2014

Rino Stefano Tagliafierro, obras maestras en movimiento



Rino Stefano Tagliafierro, obras maestras en movimiento


Rino Stefano Tagliafierro nos trae las obras de los grandes maestros de la pintura, (arriba) "Giuditta e Oloferne” de Caravaggio, con una delicada y escrupulosa animación digital que eleva aún más. si es posible, las bellezas pictóricas elegidas. Todas las imágenes que aparecen en el vídeo son cortesía del artista italiano.



"Giuditta e Oloferne” de Caravaggio


Rino Stefano Tagliafierro ha dirigido un cortometraje, donde cobran vida famosas pinturas de los grandes maestros

La totalidad de ellas forman los óleos estáticos más conocidos en toda la historia del arte que nos han cautivado hasta nuestro días. Aparece, Caravaggio, con su espléndido y grotesco “Sacrificio di Isaac” hasta la “venus di Urbino” de Tiziano . Las figuras que componen este trabajo de Rino Stefano Tagliafierro llamado "la belleza" (``Beauty’’), dejan a un lado la eterna inmovilidad del lienzo y toman vida ante nuestros ojos admirados. La animación de un sentimiento perdido de las obras maestras estáticas, los momentos congelados en el tiempo son imaginados como paisajes o composiciones avivados, inyectados de vida. La animación de los rostros y movimientos de las figuras a través de la manipulación digital dejan al espectador extasiado y ensimismado. Veremos a continuación esta espectacular obra maestra de la moderna edición digital: "Belleza": Video cortesía de Rino Stefano Tagliafierro.






Mi nombre es Rino Stefano Tagliafierro, tengo 33 años, soy un profesional independiente en la industria del video y trabajo en Milán. Me encanta transformar la realidad en algo nuevo y surrealista. Amo la belleza sobre todas las cosas

La idea detrás de "BEUTY", tomó forma a principios de julio. Las obras fueron seleccionadas sobre la base de que el objetivo principal de la "BELLEZA", que, además de ser una oda al arte, es ante todo una historia visual de las emociones humanas. Desde el Renacimiento hasta la época romántica, el objetivo final de muchos maestros de la pintura era, a menudo, transportar al público al reino de la imaginación. A partes iguales de la ficción y la realidad, los maestros trataron de crear planos hermosos que los lugares o situaciones originales. Este artista italiano Rino Stefano Tagliafierro recrea los retratos estáticos como si pasaran en directo. Hay que reconocer que la adición de la música y el movimiento a través de la manipulación digital, añade una dimensión inédita a la experiencia del arte.



'Sacrificio di Isaac' de Caravaggio



Dante y Virgilio en el infierno "por William Adolphe Bouguereau


  'witches going to their sabbath' by luis ricardo falero


Imagen y video © RINO STEFANO TAGLIAFIERRO.

martes, 3 de junio de 2014

Infidelidad

Fotografía de RollingFishays

Infidelidad



Como enfermizas flores,
el pecado es terco en el remordimiento
y en la miseria de la culpa,
y aunque almohademos las sienes para dormir,
para no encontrarnos repugnantes en el lecho,
y no perdernos, rotos, en el llanto,
la noche se torna delito
cuando sucumbimos al placer clandestino.
Ruedan sobre las cabezas
aciagas aves negras de infortunio,
revoloteándonos como viejas rameras.
La voluntad se hace leve y se eleva
en la inmensidad, somera y desvaída
como reflejos celestes de albura.
Más allá del sino truncado
la lumbre pura que tiembla,
titila en sus últimos fulgores,
arrojando la matriz del amor al más absoluto abismo.


©Ainhoa Núñez

lunes, 2 de junio de 2014

Oda a lo incierto



La lumbre respira y se rasga y gruñe para sí,
en la madera que alimenta sin descanso.
Y cada bocanada centaurea es una oda a lo incierto,
al Miedo a morir, a solo tener pasado.
Y su pulmón ingrávido busca el equilibrio eficaz,
 entre aire, calor y traviesa,
y tan pronto enciende la oscuridad como la calma.
No sé qué pasará mañana,
no sé qué será de mí.
El futuro es una pasión deshabitada,
un desván confuso sin polvo ni libros viejos,
un recién nacido perpetuo...
Su inocencia de improviso me desgarra y,
rujo de espumas en mis olas pendientes del azar del mar.


©Ainhoa Núñez

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