El advenimiento de las mariposas
© Puñués |
Él no era nadie. Quien fue lo dejó todo para ser una persona diferente y había empezado a vivir unos días antes. Arrellanado en su rincón favorito, se olvidaba. Poco a poco, se fueron las horas tediosas de escritura y el desasosiego de crear historias cada día, se desvaneció como un barco de papel hundido en el agua. No más ir y venir ni enfrentar el silencio sepulcral de las cosas perdidas. Él era nadie y en aquel lugar nada era. La calidez de su burbuja le hizo crecer y ver la vida desde una nueva perspectiva, hasta que la seguridad de encontrarse justo en el momento exacto le hizo nacer deslizándose entraña abajo hasta la luz que le convirtió en alguien.
© Ainhoa Núñez Reyes
Oh,Ainhoa...es una preciosidad... me encanta leerte...gracias por cada relato que escribes..es alimento para el alma..
ResponderEliminarEncantador, te felicito Ainhoa !
ResponderEliminarQue micro más hermoso,amiga. El nacimiento de nuestro Yo quizá sea más importante y milagroso ( aveces no se da) que el de nuestro cuerpo. Precioso :)
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