Este año ha sido
difícil para todos y el próximo pinta igual. Os debería estar diciendo: ¡Feliz
Navidad! o ¡qué paséis buena noche! o cualquier frase hecha para la ocasión que
solo sirve para un día, pero dada la dura situación que soportan cada vez más personas, me parecen
descoloridas, y a ratos, cínicas. Hay que ver más allá de la fecha y de las
palabras. Quizás este año ingrato nos haya servido para hacernos más humanos,
más receptivos, menos imprudentes, y por fin, darnos cuenta de lo que realmente
importa o de lo que realmente no importa. Y no importa la época ni las
circunstancias. Siempre hay un mundo mejor cuando se aprende a amar. Por eso solo os deseo que améis y que os amen
mucho. Debería ser lo único importante.