Las medias áureas estancan las gargantas
De los pregoneros que rifan la luna
A cuarto y mitad de desconsuelo.
Mienten sus arrullos de esperanza henchidos,
Con sus tiranas certezas manipulando el destino.
No, no existen brotes verdes en un corazón yermo
ni hay trecho cómodo, ni paso atrás sin sangre ni castigo.
¡Oh, hermano, escucha mi plegaria!… no miento,
nunca habrá pan para todos los hambrientos.
De los pregoneros que rifan la luna
A cuarto y mitad de desconsuelo.
Mienten sus arrullos de esperanza henchidos,
Con sus tiranas certezas manipulando el destino.
No, no existen brotes verdes en un corazón yermo
ni hay trecho cómodo, ni paso atrás sin sangre ni castigo.
¡Oh, hermano, escucha mi plegaria!… no miento,
nunca habrá pan para todos los hambrientos.
©Ainhoa Núñez