© Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia |
Por aquella época, Félix estaba enfadado con Dios. Como católico siempre cumplió con sus deberes. Si alguna vez fue tentado por la lujuria del alcohol y otras drogas, se deshizo de ella a puro latigazo. Llegó a pasar hambre para que otros no la pasaran. Jamás pensó en otra mujer que no fuese la suya. Nunca se compró el coche soñado porque con los donativos a la Iglesia no le alcanzaba... y cuando fue atropellado por un vecino borracho, gordo y putero que tenía un Touareg, ambos subieron al cielo.
Eso quiere decir que allí nos veremos todos, el infierno es lo que nos toca vivir aquí.
ResponderEliminarMuy bueno, Aihoa.
Besazos.
... y que "ellos" siemprte se libran de todas. Besos, linda.
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