… despertó cuando el aire revolvía su melena al caer
Empire State abajo. ¡Vaya susto se
llevó! Mientras veía acercarse el gris hormigón de la Quinta Avenida: se quejaba de aquel sonámbulo resbalón… ¡ahora qué por
fin tenía trabajo!
©Ainhoa Núñez Reyes
Qué ironía. Esos seres anónimos fueron para muchos invisibles en medio de ese dolor colectivo. Breve y conciso. Muy bueno
ResponderEliminarImpresionante imagen, buenísimo texto..Saludos Ainhoa
ResponderEliminarNo está mal.
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