Microrrelato: ¡Puta suerte!
Haciendo gala y menester del más viejo y
pecaminoso oficio, hubo un día en que la moza Eloina, jubilosa, retozaba
encaramada a las ganas de un apuesto parroquiano que se podía permitir sus servicios.
De súbito, por un fuerte sismo, el suelo del pajar se
desgarró y, sobre sus cabezas, se desplomaba de golpe el pesado techo.
En el pórtico Celestial, Eloina se
quejaba con furia a San Pedro. ¡De cualquier manera quería saber quién había
decidido hacerla sobrevivir en pleno gozo a los veintitrés para luego matarla
a los noventa de aburrimiento!
©Ainhoa
Núñez Reyes
Imagen: ©Puñués