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martes, 3 de junio de 2014

Infidelidad

Fotografía de RollingFishays

Infidelidad



Como enfermizas flores,
el pecado es terco en el remordimiento
y en la miseria de la culpa,
y aunque almohademos las sienes para dormir,
para no encontrarnos repugnantes en el lecho,
y no perdernos, rotos, en el llanto,
la noche se torna delito
cuando sucumbimos al placer clandestino.
Ruedan sobre las cabezas
aciagas aves negras de infortunio,
revoloteándonos como viejas rameras.
La voluntad se hace leve y se eleva
en la inmensidad, somera y desvaída
como reflejos celestes de albura.
Más allá del sino truncado
la lumbre pura que tiembla,
titila en sus últimos fulgores,
arrojando la matriz del amor al más absoluto abismo.


©Ainhoa Núñez

lunes, 2 de junio de 2014

Oda a lo incierto



La lumbre respira y se rasga y gruñe para sí,
en la madera que alimenta sin descanso.
Y cada bocanada centaurea es una oda a lo incierto,
al Miedo a morir, a solo tener pasado.
Y su pulmón ingrávido busca el equilibrio eficaz,
 entre aire, calor y traviesa,
y tan pronto enciende la oscuridad como la calma.
No sé qué pasará mañana,
no sé qué será de mí.
El futuro es una pasión deshabitada,
un desván confuso sin polvo ni libros viejos,
un recién nacido perpetuo...
Su inocencia de improviso me desgarra y,
rujo de espumas en mis olas pendientes del azar del mar.


©Ainhoa Núñez

domingo, 1 de junio de 2014

¡Menuda noche de carnaval!

vampiro
Ilustración Vamp by Puñués


¡Menuda noche de carnaval!

De madrugada, en un callejón tenebroso, escuchas murmullos en la oscuridad. Se acercan: confusos, vagos, imprecisos. Alguien te llama… ¿no oyes? Pronuncian tu nombre. Giras la cabeza siguiendo el instinto. Nada. Será el viento frío. La noche tiene el don de hacer las cosas más intensas: las lecturas, los licores, el frío… ¡hasta el miedo asusta más! Esbozas una sonrisa con este pensamiento y te enfundas en un valor fingido mientras apresuras el paso. 

Estás a veinte metros del cajero automático, tu destino. Tus pasos taladran la calle mojada. Quince metros. Las hojas caídas braman a la fuerte ventolera. Diez metros. Detrás de ti, un alboroto metálico te aviva el pulso. Cinco metros. Unos gatos malhumorados maúllan violentos rebuscando manjar en los cubos de basura. Tres metros. Vuelves a escuchar tu nombre: no hay nadie detrás. Un metro. Sientes un roce en el cuello… Entras sofocado y cierras el pestillo. Miras hacia fuera. Sigues sin ver nada a través del cristal. Los nervios te traicionan; empiezas a reír. Tienes que calmarte y cuentas hasta diez. Uno, dos, tres. Jadeas. Cuatro, cinco. Inspiras y exhalas buscando la calma. Seis, siete, ocho. Respiras con normalidad. Nueve. Sonríes a tu reflejo en el cristal. Diez… Alguien se proyecta detrás.

A la mañana siguiente, David se despierta con un profundo dolor de cabeza. Sus huesos rechinan penosos ante la tenaz insistencia de sus músculos doloridos… ¡Menuda noche de carnaval! Está tan molido que le parece que un tren lo acabase de atropellar y cuando abre los ojos, se alegra mucho de no ver las vías… ¡Menuda noche de carnaval! Se incorpora entre bostezos. Estira los brazos al aire y, en ese momento se da cuenta de dónde está. ¿Qué pasó? Recuerda la borrachera, recuerda el frío y que se metió en un cajero automático para marinar la merluza*. Sólo muy vagamente aparecen atisbos de aquel señor. Entró descompuesto y descolorido… No recuerda más. Y allí sigue tumbado. Abre la puerta y se va.

Noticiario: Muere un hombre en un cajero de causas naturales, no obstante, la policía busca a un “vampiro” que fue visto salir del lugar.

* Dícese de las personas ebrias que gustan, además, de fumarse un porro.
©Ainhoa Núñez

viernes, 30 de mayo de 2014

Inventario de una historia de amor





La Real dice que sin verbos no hay acción, además los enunciados sin ellos no se consideran oraciones. Hoy me apetece escribir un relato de amor sin verbos, aunque al no tener, puede ser que tampoco sea relato.



Inventario de una historia de amor


Unas miradas, unas sonrisas, un deseo, unos besos, una cama, unos gemidos, un abatimiento, una mirada de soslayo, una puerta y un buenas noches, bombón. Unos días, una espera, una botella de vino, una copa, unas lágrimas y una decisión. Dos noches en vela, un teléfono, una voz, un padre y una madre, unas prisas y una desaprobación. Un coche, un viaje, una tienda, un dinero, un vestido y unos zapatos de tacón. Un día soleado, una puerta, un himno, un rubor. Un hombre, un anillo, unos silencios, unos murmullos, una expectación y una afirmación. Unas fotos, un banquete, un pastel, un felices por siempre y una habitación.

©Ainhoa Núñez



miércoles, 28 de mayo de 2014

Concurso “Tú también puedes ser ARTISTA” de Artistas-Creadores de MoonMagazine

Concurso “Tú también puedes ser ARTISTA” de Artistas-Creadores de MoonMagazine
Segunda participación de Ainhoa Núñez Reyes. Poesía y diseño a partir de fotografía titulado“Silenci”.



Cuando la noche fría.
a destiempo, vino a despertar
la brisa del idioma,
la palabra, cómplice,
empapándose en llantos
buscó donde guarecerse.
Y de todos los lugares posibles,
escogió mi vientre.
Y erigió su grafía
en una ráfaga serpentina,
feroz, brutal.
Arrepentida, lavé las dudas en agua,
pero su pureza no borró mis ojos rojos,
grandes, estáticos en el espejo.
Inútil acomodar las tazas
si las cucharas tiritan culpas en el mantel,
tenía que escapar,
había restos de estrofas húmedas en el suelo.
Rápido, rápido.
Pronto todos sabrían
que aquella noche llovió poesía…

©Ainhoa Núñez
Segunda participación , si te ha gustado y quieres dar me gusta y/o comentar en facebook, hazlo desde aquí, gracias.

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