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| Entropía by Puñués |
Sé quien eres. Hace tiempo que nos observamos. Dime tú. ¿Cómo sabemos que sólo por estar aquí, leyendo o escribiendo estas líneas, o al respirar, en el momento que entramos a este blog, o en el primer café de la mañana, no hemos puesto en marcha los acontecimientos que algún día nos llevarán a la muerte? Dentro de 50 años, de 20, de 10, mañana, incluso, hoy. No lo sabemos. Decimos que la hora de la muerte no se puede predecir, y al así decirlo, nos imaginamos que, esa hora, está en un futuro oscuro y distante, a nadie se le ocurre pensar que tenga algo que ver con el día que acaba de empezar, o con la última elección que han tomado y que la muerte pueda atraparnos en este mismo momento. Si en esta misma frase empezáramos a morir, al llegar a la segunda coma, nuestra respiración se aceleraría cada vez más, haciendo inevitable que en la última palabra encontremos la muerte.
© Ainhoa Núñez Reyes
Tremenda..intensa...siempre,me dejas sin aliento...
ResponderEliminarEs que en este relato, que no es nada del otro mundo, paso una cosa extrañísima. Sabes que tengo a la muerte cerca, pero esta vez me miraba, y le con ella. Se vuelve lisonjera pero a mí no me engaña. El texto me vino después. Mira el día y la hora.
EliminarUn pensamiento que yo también he alentado alguna vez.
ResponderEliminarTu entrada da mucho para seguir pensando.
Abrazos Ainhoa.
Es que no sabemos dónde la tenemos... Es lo mejor. pero una no puede evitar pensar. Gracias, linda por tu fidelidad. Besitos.
EliminarMuchas gracias, Nela, es más que un honor para mí. Espero seguir haciéndote pasar momentos agradables, a fin de cuentas, de esto se trata. Saludos, bella.
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